El Estrés vs La Piel: Cómo Relajarse y Lucir Más Bella que Nunca

A medida que el estrés constante de esta era se describe como el mal del siglo XXI, resulta realmente difícil evadir sus efectos negativos no sólo en nuestra salud mental, sino también en nuestro cuerpo. La piel es uno de los órganos más vulnerables a los efectos adversos del estrés, ya que no toma más de dos o tres días para que su apariencia comience a cambiar si no recibe el cuidado adecuado. El estrés prolongado provoca cambios notorios en la piel, a partir de un tono apagado y con sequedad al desarrollo de acné, arrugas y otras imperfecciones.

No obstante, a pesar del efecto adverso del estrés en la piel, hay algunas formas de aliviar este problema para que nuestra piel siempre esté reluciente, naturalmente hermosa y sin imperfecciones. Estas formas incluyen trabajar para tratar de reducir nuestros niveles de estrés y una cuidadosa rutina de cuidado facial diario.

Casi todo el estrés es contrarrestable con un estilo de vida saludable

Si bien hay situaciones inevitables que consideramos estresantes, hay muchas cosas que podemos hacer para reducir el estrés en nuestra vida. El establecimiento de patrones saludables de sueño es un gran paso para reducir el estrés. El sueño es esencial para recargar nuestras energías y permitir que nuestro cuerpo se regenere, lo cual es algo que nuestra piel necesita para mantener su belleza natural. Establecer un horario de sueño fijo es una gran ayuda para garantizar que obtengamos el descanso y la recuperación que nuestro cuerpo necesita.

Cuando nos despiertamos por la mañana, podemos practicar la técnica de respiración profunda para relajar todos los músculos del cuerpo. Inspirar profundamente dos o tres veces en la mañana, y también al mediodía y por la noche, nos ayudará a reducir nuestros niveles de estrés. Además de esto, la realización de ejercicios aeróbicos siempre tendrá un efecto positivo al reducir las hormonas de estrés.

Si tienes la suerte de tener mucho tiempo libre, adoptar el mindfulness en tu estilo de vida puede ser un gran alivio para tu piel. Esta práctica une la mente, el cuerpo y el alma, nos saluda con una cálida sensación de paz. Estudiando la filosofía del Zen, los taoístas y los hindúes, el arte de abrazar el momento presente con plena consciencia nos permite adentrarnos en un lugar de aprendizaje y curación, un buen antídoto para el estrés mundano.

Haz de tu rutina de cuidado facial tu propia terapia anti-estrés

En cuanto al cuidado facial, debemos ser conscientes de usar sólo los mejores productos para la piel para asegurar que nuestra piel reciba los nutrientes que necesita. Cuidar nuestra piel es una terapia anti-estrés única, y los pasos para estimular su curación incluyen una limpieza efectiva seguida de un tratamiento nutritivo.

La limpieza facial debe ser el paso inicial de nuestro regimen diario y tendría que ser seguida inmediatamente por la hidratación. El próximo paso es aplicar una crema nutritiva para reemplazar todos los nutrientes y vitaminas que la limpieza ha eliminado. Esta crema ayudará a nuestra piel a absorber mejor el sol y estimular la producción de colágeno para mantenerla lozana y juvenil. Escoger la crema correcta según el tipo de piel es un paso importante para la belleza de la piel.

Después de la nutrición, una mascarilla facial sería ideal para rejuvenecer e hidratar la piel. Las mascarillas faciales tienen propiedades especiales para combatir los efectos dañinos de los radicales libres y prevenir su envejecimiento. Estas formulaciones nutritivas están diseñadas para sellar la humedad en la piel e hidratarla para que luzca su mejor versión. Una vez a la semana se recomienda una exfoliación alrededor de los ojos para infundir los nutrientes y mejorar la respiración de la piel.

Por último, para completar el cuidado con la piel es importante mantener una dieta equilibrada y rica en nutrientes. La ingesta regular de frutas y verduras nos ayuda a suavizar la piel, disminuir la inflamación y la sequedad, y en última instancia, contribuir a la reparación de los tejidos de la piel debido a su alto contenido de antioxidantes. Los alimentos ricos en zinc como el cacahuete, los frutos secos, las almendras y la espinaca también deben ser consumidos para obtener un cutis limpio y liso.

Concluyendo

Aunque el estrés tenga efectos duraderos en la salud, existen formas de aliviar sus efectos y mantener nuestra piel suave, tersa y radiante. Desarrollar un estilo saludable de vida, una ideal rutina de cuidado facial y mantener una dieta nutritiva son pasos esenciales para contrarrestar este mal del siglo XXI. Así que siempre recuerda: con los pasos adecuados, tienes la capacidad de relajarte y mantener la belleza de tu piel sin importar las circunstancias.